Qué será de mi almohada

Perdóname si alguna vez te ofendo,

si lo hago es porque estoy herido,

es cierto, ni yo mismo me entiendo,

si nada puedo dar para que pido.

 

Es de humanos el tener errores,

y de valientes saber pedir perdón,

pero esta vez no te lo diré con flores,

ni te daré una larga explicación.

 

Simplemente te escribo mil perdones,

con tinta, respeto y humildad,

intentado que cese tu dolor.

 

Y por favor no me abandones,

no quiero envejecer en soledad,

¡qué será de mi almohada sin tu olor!

Me importa un huevo

En noches de tristeza y de penumbra,

de bostezos a las puertas del hastío,

no entiendo porque ya no se alumbran,

tus ojos al cruzarse con los míos.

 

Que maldito huracán entrometido,

arrastro a este amor hacia el abismo,

todo esto me lo tengo merecido,

al fin al cabo sigo siendo el mismo.

 

Que extraña sensación te queda dentro,

después de despreciar lo que tenías,

y saber que hay que empezar de nuevo.

 

Pero estoy acostumbrado al desencuentro,

así que ya está bien de tonterías,

que a mi esta situación me importa un huevo.

La carta

Ayer recibí una carta,

era una carta de amor,

que me escribía una ex-novia.

 

Me decía que estaba harta,

de montar en mi ascensor,

pues tenía claustrofobia.

 

La chica muy educada,

cansada de mis sermones,

criticaba mis modales.

 

Pues se sentía indignada,

porque llamaba cojones,

a mis partes genitales.

 

También decía en su texto,

que la provocó un trastorno,

mi conducta de marrano.

 

Me tachó de deshonesto,

por preferir cine porno,

en lugar de Gran Hermano.

 

Y siguiendo con sus quejas,

puso en duda mi hombría,

poniéndome de chapero.

 

Que la dolían las orejas,

porque a su viejo el policía,

yo le llamaba madero.

 

Después del discurso irritante,

proseguía la muy perra;

mira bien lo que ahora escribo.

 

Si no has tenido bastante,

y quieres seguir la guerra,

pues ya sabes donde vivo.

La flor y el capullo

Tus ojos para mi latir,

son la fuerza del viento,

que recoge mi lamento,

y deshecha mi sufrir.

 

Mi alma tan puritana,

sigue llora que te llora,

y seguirá hasta la aurora,

que da luz a la mañana.

 

EL luto de mis cabellos,

desprenden un fuerte aroma,

y no aguantan una broma,

si alguien se mete con ellos.

 

Mi boca antes tan sonora,

ahora se encuentra callada,

triste a la par que sosegada,

pues ya nadie la enamora.

 

Maldigo aquel celestino,

que en un caluroso verano,

puso mi alma en tu mano,

y mi cuerpo en tu camino.

 

Mi corazón echo trizas,

solo intenta dar la talla,

y no tira la toalla,

no quiere verse en cenizas.

 

Soñé que soñabas conmigo,

y sentía que amabas,

y en mis brazos despertabas,

y mi almohada era tu ombligo.

 

Gracias te doy por despreciarme,

y matar por lo que vivía,

la llama que día a día,

recordaba al levantarme.

 

Muere hoy la mariposa,

que ayer tan feliz volaba,

ni siquiera ella pensaba,

que acabaría así la cosa.

 

Y con esto ya concluyo,

como es esto del amor,

cuando uno es una flor,

siempre el otro es un capullo.

Bicho raro

Podría escribirte mis memorias,

o incluso engañarte sin piedad,

pero esta vez me dejaré de historias,

pues voy a contarte la verdad.

 

Espero no dejarte anonadada,

si te digo que aún no he cambiado,

que sigo siendo el llorón de la manada,

un bufón en el mundo del pecado.

 

No creas que me avergüenza lo que digo,

que cada uno tiene sus razones,

por suerte entre las piernas y el ombligo,

sigo teniendo un buen par de cojones.

 

Por eso, te escupo en la cara lo que pienso,

ahora que me encuentro decadente,

en el juego del amor estoy suspenso,

en el arte de soñar, sobresaliente.

 

Es cierto que soy un bicho raro,

que lo único que escribo son sandeces,

y que a parte de pesao soy un hortera.

 

Pero siempre tiro a dar cuando disparo,

y prefiero ser carnaza para peces,

que currar en un club de carretera.

Me muero por vivir

Harto ya de las indecisiones,

que me causaban las chicas del montón,

he decidido dar un mes de vacaciones,

a mi vil y estresado corazón.

 

No preocuparme por cosas banales,

intentar cultivar la memoria,

asaltando a las mamas en los portales,

cambiando la verdad de nuestra historia.

 

Dejando a un lado la inocencia,

de envidar, con un órdago al futuro,

actuando a grosso modo con coherencia,

queriendo parecer un tipo duro.

 

Tratando de vengarme del olvido,

y dando rienda suelta a mis pecados,

no creas que ahora estoy arrepentido,

lo que ha quedado atrás es el pasado.

 

Ahora no me afectan tus agravios,

y me gusta que me besen otros labios,

ya no tengo porque mentir.

 

Hoy quiero dar por zanjado,

que aunque ya no estés a mi lado,

aún me muero por vivir.

Amanecer

Para Ana

 

¡Qué diablos tendrán tus ojos!

que usurpan de los míos la alegría,

que calman con mirarme mis antojos,

y florecen la fatal melancolía.

 

¡Qué estúpido Dios echó del cielo!

a la más linda de sus estrellas,

la Venus con piel de terciopelo,

las más bella del mundo de las bellas.

 

Eres tú la Octava Maravilla,

mi luz, mi séptimo sentido,

más guapa que la luna cuando brilla,

más tierna que las flechas de Cupido.

 

Tus labios, la dulzura de la miel,

tu lengua, sabor a caramelo,

me muero si no rozo tu piel,

y resucito con solo ver tu pelo.

 

Aún recuerdo aquel amanecer,

sentados en la orilla de la playa,

tu inquieta, yo cara de canalla.

 

Si me olvidas no se que voy a hacer,

pues no quiero pensar en el mañana,

si no estás a mi lado dulce Ana.

La mejor de las mujeres

Hoy pongo mis ideas a remojo,

e intento dar sentido a algunas frases,

que quiero devolverte ojo por ojo,

tu entrega, porque siempre ha habido clases.

 

No encuentro la palabra adecuada,

que pueda definir tanto fracaso,

hoy mi mente se encuentra maniatada,

y no encuentro el camino hacia El Parnaso.

 

Que podría, ¡ay de mi!, contarte,

que de mi boca tú no hayas oído,

lo nuestro se acabó, punto y a parte,

no intentes que esto sea un punto y seguido.

 

Es cierto que no fue para tanto,

que actuamos arrastrados por los celos,

pero ha llegado a un punto que no aguanto,

pues tengo la autoestima por los suelos.

 

No digas que ya me he cansado,

y que ya no estoy enamorado,

o que si ahora vas y me abandonas.

 

Pues yo te quiero, para que te enteres,

porque eres la mejor de las mujeres,

pero no la mejor de las personas.

Reyna de los Corazones

Dime que me quieres, que te cuesta,

y yo te llevaré al fin del mundo,

no quiero imaginarme tu respuesta,

podría derrumbarme en un segundo.

 

Por favor no esquives mi mirada,

no me hagas parecer un fracasado,

que tus ojos, te lo juro por mi almohada,

me tienen cada vez más atrapado.

 

Lo entiendo, se que no soy James Dean,

pero tú tampoco eres una Cleopatra,

si no me das tu amor será mi fin,

y acabaré volviendo loco a mi psiquiatra.

 

Sueño con que el destino nos vuelva a unir,

como aquel día en el Parque de Atracciones,

pero esta vez te invito yo a venir,

conmigo Reyna de los Corazones.

 

No pienses que yo quiero tema,

o que te escribo este poema,

para intentar complacerte.

 

Te regalo esta rima porque quiero,

mejor dicho porque me muero,

de ganas de besarte y de quererte.

Hace un año

Hoy hace un año que pasó,

lo que no tenía que haber pasado,

la boca que hasta entonces te besó,

no era la del príncipe encantado.

 

Todo esto me parece tan pueril,

querer echar la culpa al empedrado,

si tú hacías bacalao al pil-pil,

yo quería un plato combinado.

 

Así que para que darle más vueltas,

a algo que no es tan complicado,

las fieras ya lo sabes, mejor sueltas,

y yo que soy un tigre, estaba atado.

 

Es por eso que ya no estamos juntos,

así que déjate de líos,

ocúpate mejor de tus asuntos,

que yo me ocuparé de los míos.

 

Déjate ya de patrañas,

ni tejas más telarañas,

ni me vendas más la moto.

 

Que si tengo ganas de verte,

o me entra el mono de quererte,

pues ya miraré tu foto.