No entiendo porque escribo sentimientos,

si en realidad no siento lo que escribo,

tu eco es la voz de mis lamentos,

mi corazón cerrado por derribo.

 

Momentos de cólera y penumbra,

mezclados de tu risa mi cabreo,

ahora tu entrepierna ya no alumbra,

mi sucia tubería del deseo.

 

Que lejos ha quedado tu promesa,

tu juramento de niña enamorada,

que hacían de mí, un tipo duro.

 

Primero me dejaste a la francesa,

para después quedarte embarazada,

¡yo me cago en la madre del futuro!