Bienaventurados los que callan,

porque nuca meterán la pata,

los petardos que no estallan,

los pechos con fresa y nata.

 

También los que a veces mienten,

porque otras dirán la verdad,

los sentidos que no sienten,

los presos con libertad.

 

Bienaventurados sean los fieles,

pues siempre serán engañados,

las putas de los cuarteles,

los sostenes apretados.

 

Los que no tienen espejos,

porque sabrán envejecer,

los que siempre escupen lejos,

los que ríen al nacer.

 

Bienaventurado aquel que escucha,

porque tiene la certeza,

de que algo va a aprender.

 

Las lesbianas en la ducha,

los dolores de cabeza,

el que compra pa vender.