Se me caen las paredes

Hoy me siento… que se me caen las paredes,

mis ideas me conducen al fracaso,

¡esta noche con todos ustedes!

un servidor vestido de payaso.

 

Más tarde verán al hombre bala,

que aguardará, cobarde en un cañón,

en pie se pondrá toda la sala,

para ver como me pego el bofetón.

 

Por último saldrán los domadores,

¡caballeros pongan atención!

a la actuación más difícil de la pista.

 

Después de un redoble de tambores,

me escapo como puedo del león,

y me aplasta al caer un trapecista.

La desazón

Parece que estás en la inopia,

dice la gente que pasa,

yo contesto: esto es una fotocopia,

el original se queda en casa.

 

Que efímera parece la vida,

sin un ápice de amor en el bolsillo,

para mi es como si fuera insecticida,

y yo fuera un tímido bichillo.

 

Cruel, ingrato y caprichoso,

son adjetivos que yo pongo al destino,

intenta hacer de mí un desdeñoso,

yo intento que él no marque mi camino.

 

Y que puedo decir de la suerte,

que la busco de cualquier modo,

aunque siempre la rimo con muerte,

ya con eso te lo digo todo.

 

Lo siento por esta desazón,

pero prefiero ser sincero y no mentirte,

me importa un carajo el universo.

 

Pero si buscas alegrar tu corazón,

y quieres sonreír y divertirte,

no intentes ser feliz con estos versos.

Presa fácil

Me alimento de recuerdos,

que me hacen ser vulnerable,

firmo mil pactos y acuerdos,

pero nadie me echa un cable.

 

Los llantos en las esquinas,

apalean mi soledad,

los clavos y las espinas,

se me clavan sin piedad.

 

La enjuta melancolía,

inunda de pena el alma,

desechando mi valía,

y quitándome la calma.

 

Las frases de aquel papel,

en el que solo encuentro besos,

me van desgarrando la piel,

hasta que quedo en los huesos.

 

Intento sobreponerme a la derrota,

tranquilo cuento diez y respiro,

me miro en el espejo y me hago un guiño.

 

Pero en mi vaso no coge ni una gota,

con mi pistola de juguete me doy un tiro,

y lloro amargamente como un niño.

Dormir eternamente

Llorando como lloran los cobardes,

creyéndome perdido y malherido,

durmiendo en una nube por las tardes,

adepto a la tristeza y al olvido.

 

Sintiendo los aullidos en mi alma,

contándole mis penas a la Luna,

borrándome las líneas de la palma,

cantando las canciones de la tuna.

 

Haciéndole caricias a la suerte,

pensando mil ideas sin sentido,

casándome a escondidas con la muerte,

perdiendo una vez más este partido.

 

Fingiendo como un loco que estoy vivo,

cayendo poco a poco hacia el abismo,

dudando sin querer de lo que escribo,

cuidando como un padre de mi mismo.

 

Opinando vagamente de la vida,

sumando en mi cuaderno malos ratos,

observando las manías de la gente.

 

Jugando al diez por ciento la partida,

mirando la huella de mis zapatos,

soñando con dormir eternamente.

El novio de la muerte

¡Bienvenida a mi vida!

le dije un día a la muerte,

pareces muy divertida,

creo que he tenido suerte.

 

Y a partir de ese día,

ella está siempre conmigo,

aunque antes la maldecía,

ahora es como un amigo.

 

Me acuerdo mucho de ella,

a veces la he sentido,

es igual que una doncella,

con un precioso vestido.

 

Y así he aprendido a vivir,

aliándome con el miedo,

y el día que me veáis morir,

por mi, dar la vuelta al ruedo.

 

Si después de leer esto,

has conseguido entender,

lo que he querido explicarte.

 

Me enorgullece saber,

que he puesto de manifiesto,

lo de ¡Morir es un arte!

 

Antes de crucificarte,

o pensar en detenerte,

juega a tope tu partida.

 

Ya tendrás tiempo de resignarte,

y aceptar que la muerte,

forma parte de la vida.

Metamorfosis

Hay un momento en mi vida,

que noto que todo falla,

mi mente tan atrevida,

ahora tira la toalla.

 

Mis antiguas batallitas,

ya no tienen tanta gracia,

mis andanzas con pibitas,

ya no son como en la infancia.

 

Las piernas que antes corrían,

para poderte abrazar,

son las que ya no confían,

en poder mi cuerpo alzar.

 

Mis ojos antes felices,

ya no lloran de alegría,

y mis viejas cicatrices,

se me abren más cada día.

 

Se me acaba la locura,

se oscurecen mis sonrisas,

y doy paso a la vejez.

 

Ahora bajo la basura,

me plancho yo las camisas,

y hasta juego al ajedrez.

Solo en Madrid

Preciados, O’Donell, Herrera Oria,

Mayor, Alcalá, Montera,

Arenal, Barquillo, Arturo Soria,

Atocha, Delicias, Usera.

 

Daroca, Carretas, Castellana,

Ibiza, Bailén, Goya,

Almagro, Génova, Carpetana,

Velázquez, Prim, Soroya.

 

Albulfera, Caracas, Vinateros,

Neruda, Sagasta, Estoril,

Tetuán, Ayala, Artilleros,

Ascao, Oporto, Ferrocarril.

 

Fleming, Hermosilla, Echegaray,

Brasil, Alvarado, Serrano,

Espronceda, Narváez, Paraguay,

Curtidores, Recoletos, Zurbano.

 

Esparteros, Postas, Jadraque,

Cáceres, Lavapiés, Rascón,

Machado, Palomeras, Mascaraque,

Leganitos, Ocaña, Blasón.

 

Argumosa, Menorca, Esperanza,

Arquitectura, Carmen, Cervantes,

Simancas, Jerez, Carranza,

Huesca, Piquer, Delineantes.

 

Blasco, Áncora, Castilla,

Vallehermoso, Barco, Alpedrete,

Aduana, Feijoo, Cisneros.

 

Magdalena, Almansa, Ventilla,

Garcilaso, Reloj, Berruguete,

Azcona, Paz, Monederos.

La tormenta

La lluvia resbalando en los cristales,

las flores se marchitan de la pena,

las parejas besándose en los portales,

y otra vez caldito pa la cena.

 

La gente anda más deprisa,

los paraguas cubriendo alguna hortera,

los que van en coche les da risa,

de aquellos que se empapan en la acera.

 

Los árboles lloran gota a gota,

las casas oscurecen sus colores,

el agua que se cuela por las botas,

el perfume que brota de las flores.

 

Los coches que al pasar parecen barcos,

la oscuridad se cuela por las casas,

los niños que se meten en los charcos,

los dedos arrugados como pasas.

 

La infame soledad entre persianas,

la tristeza encallada en el alma,

y acostarse pensando que mañana,

cuando amanezca llegará la calma.

Aprendiendo a vivir

Siempre he soñado tener,

lo que antes de soñar tenía,

siempre he querido aprender,

lo que alguno ya sabía.

 

Desde pequeño aprendí,

los infortunios de la vida,

y sufriendo comprendí,

que lo malo no se olvida.

 

Cuantas veces he pensado,

lo fácil que sería todo,

dejando todo de lado,

luchando codo con codo.

 

Para mi no es un consuelo,

lo de solo se vive una vez,

pues la vida es un anzuelo,

y yo tengo cara de pez.

 

Así que sálvese quien pueda,

del suicidio colectivo,

que te propone el planeta.

 

Que la fuerza no se hereda,

y hasta el mismo Fugitivo,

se lo haría en la bragueta.

De cuando en cuando

Cuando mis ideas se borren de mi mente,

cuando mis pasos lleguen al abismo,

cuando mi furia se vuelva inocente,

cuando la risa sea de mi mismo.

 

Cuando mis ojos no distingan colores,

cuando mis piernas caminen hacia atrás,

cuando del jardín corten mis flores,

cuando por fin me guste por detrás.

 

Cuando apoye a la noble sacristía,

cuando algún día vaya a votar,

cuando entienda el por qué del policía,

cuando me preocupe Gibraltar.

 

Cuando mi boca calle por temor,

cuando diga adiós a la pasión,

cuando en el espejo me vea morir.

 

Cuando no use la palabra amor,

será cuando mi corazón,

de aburrimiento deje de latir.