Después de un domingo rutinario,

me acordé de los tiempos de la escuela,

no se si ya, habras salido del armario,

para mi en lugar de Lolo eras Manuela.

 

Yo nunca quise decir nada,

de tus pintas de Juan «el golosina»,

aquello que en tus tiempos fue pomada,

ahora lo llamamos vaselina.

 

Y es que desde jovencito,

meneabas tus tacones,

de discoteca en discoteca.

 

Me ha contado un pajarito,

que ahora rompes corazones,

en los garitos de Chueca.