Otra vez me encuentro solo,

sin dirección, sin rumbo fijo,

otra vez te vi en un Polo,

montándotelo atrás con ese pijo.

 

Pero esta vez no me he enfadado,

y he nadado a prisa pa no hundirme,

errante, triste, extraviado,

pero sin ganas de matar ni de morirme.

 

La vida nos hace fuertes,

el dolor casi invencibles,

ya no vales echarlo a suertes,

pues somos incompatibles.

 

Aunque yo siempre he escuchado,

que los polos opuestos se atraen,

pero somos flores de un prado,

que al no regarlas se caen.

 

Y terminamos cayendo,

cada uno por su lado,

cada mula con su mulo.

 

Aunque yo te siga oyendo,

como oía en el pasado,

¡por favor, suéltame el culo!