Lamento cada minuto,

que no he pasado contigo,

aunque yo sea muy puto,

no merezco este castigo.

 

Para mi tu siempre fuiste,

como mi actriz secundaria,

y con esfuerzo conseguiste,

convertirte en mi becaria.

 

Aunque nunca prometí,

quererte la vida entera,

tampoco me arrepentí,

de tenerte de niñera.

 

Esos tiempos corrían veloces,

vivía en un tren express,

y no quiero oír las voces,

cuando sepas que erais tres.

 

Aunque pasabas los días,

diciéndome que me amabas,

yo pensaba en mis Marías,

para ver cual me tocaba.

 

Ahora todo ha cambiado,

me he quedado sin mojar,

pero el tiempo que ha durado,

bien se merece brindar.

 

Las tres erais las mejores,

aunque siempre te recuerdo,

diciendo que me querías.

 

Y no es por echarme flores,

¡ya se que he sido un cerdo!

¡Os quiero mis tres Marías!