Ayer recibí una carta,
era una carta de amor,
que me escribía una ex-novia.
Me decía que estaba harta,
de montar en mi ascensor,
pues tenía claustrofobia.
La chica muy educada,
cansada de mis sermones,
criticaba mis modales.
Pues se sentía indignada,
porque llamaba cojones,
a mis partes genitales.
También decía en su texto,
que la provocó un trastorno,
mi conducta de marrano.
Me tachó de deshonesto,
por preferir cine porno,
en lugar de Gran Hermano.
Y siguiendo con sus quejas,
puso en duda mi hombría,
poniéndome de chapero.
Que la dolían las orejas,
porque a su viejo el policía,
yo le llamaba madero.
Después del discurso irritante,
proseguía la muy perra;
mira bien lo que ahora escribo.
Si no has tenido bastante,
y quieres seguir la guerra,
pues ya sabes donde vivo.
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