Hace tiempo que empecé a soñar,

y creo que hasta ahora no he parado,

crecí siendo un barquito en alta mar,

y ahora soy un buque consagrado.

 

Que no pierde sus ansias de vivir,

ni cambia sus presentes por pasados,

que no teme al fracaso, ni al morir,

ni busca solución a sus pecados.

 

Solo hay una situación,

y que me llama de usted.

que me roba la esperanza,

 

Y es que el vino peleón,

para una buena matanza,

nunca te quita la sed.