Que tienen esas montañas,

que a lo lejos deslumbran mis ojos,

donde habitan alimañas,

que se nutren de despojos.

 

Paisaje lleno de verde,

con veredas y caminos,

allí donde el Sol se pierde,

entre abedules y pinos.

 

Oasis para el cazador,

palacio para las flores,

donde entona el ruiseñor,

y bailan los roedores.

 

Y los aullidos hacen eco,

cuando chocan con las rocas,

y siempre hay un recoveco,

donde el miedo calla bocas.

 

Allí el aire sabe a gloria,

y el agua es bendecida,

por la nieve de los picos.

 

Allí la guerra es historia,

ni la tierra es compartida,

ni existen pobres, ni ricos.

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