Las dos lunas llenas de tu escote,
los paseos en barca de El Retiro,
mi lanza siempre en pie como El Quijote,
tus dientes afilados de vampiro.
Las horas muertas haciendo novillos,
los viajes en metro sin destino,
nuestra ropa vieja de los mercadillos,
las pelis de vídeo de un tal Tarantino.
Tu mierda de curro, los líos de alcoba,
nuestro dulce sueño de hacer un gran tour,
las felices tardes roba que te roba,
en la planta de arriba de algún Carrefour.
Nuestras discusiones por los cuernos,
mis andanzas con culos ajenos,
tu mirada me manda a los infiernos,
mi soberbia con gestos obscenos.
Los ratos estudiando el cuerpo humano,
mis brazos aguantando un bofetón,
para evitar más llantos y sofocos.
Los tórridos paseos de la mano,
y las noches de amor y calentón,
buscando una farmacia como locos.
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