Siempre se aprende a reír,

siempre nos gusta ganar,

nunca se aprende a sufrir,

nunca nos gusta llorar.

 

Y es que da asco la vida,

los currelas al infierno,

el cielo siempre se olvida,

de los que san dejao los cuernos.

 

Con un poquito de suerte,

los que te quieren dirán,

que has sabido ser fuerte,

que nunca te olvidarán.

 

Antes de que ocurra esto,

límpiate bien las legañas,

saca los pies del tiesto,

y empieza a pisar arañas.

 

Aquellas que solo quieren,

picarte donde más duele,

imponte, que no te alteren,

pues ya no eres un pelele.

 

Y dile a aquellos de arriba,

que esperen un siglo más,

que tu alma sigue viva,

que ya no miras atrás.

 

Siempre nos gusta reír,

cuando se aprende a ganar,

hay que vencer al sufrir,

y de alegría llorar.