Lo siento, hoy no espero tu llamada,

me marcho, ya no puedo aguantar mas,

mi alma esta muy triste y muy cansada,

y mis ojos, no miran para atrás.

 

Ya no pienso andar más por tu camino,

pues me duelen las plantas de los pies,

prefiero ser dueño de mi destino,

y vivir a mi aire y sin estrés.

 

No pienses que a mi no me da pena,

ni pongas en duda mi elegancia,

diciendo que no te he querido.

 

Que tus labios han sido mi condena,

tu cuerpo un sueño de mi infancia,

y tus pechos las flechas de cupido.