Escribo porque quiero complacerte,

cuando lo hago, escucho tu latir,

te añoro, aunque ya no pueda verte,

sin ti, yo dejaría de existir.

 

Después de más de cien intentos,

de más de mil ideas para odiarte,

de intentar frenar mis sentimientos,

de quitarme la vida por no amarte.

 

Atrás ya se quedaron nuestros enfados,

discusiones insultos e improperios,

los viajes en tren tan abrazados,

las gaviotas, la mar, los cementerios.

 

Recuerdo al detalle tu sonrisa,

las perlas alineadas de tu boca,

tu voz húmeda como la brisa,

tu tez dura como una roca.

 

Ahora que ya no estas conmigo,

los lugares de repente,

se me vuelven más pequeños.

 

A donde vayas yo te sigo,

y aunque tu no estés presente,

te puedo besar en sueños.