La lluvia resbalando en los cristales,

las flores se marchitan de la pena,

las parejas besándose en los portales,

y otra vez caldito pa la cena.

 

La gente anda más deprisa,

los paraguas cubriendo alguna hortera,

los que van en coche les da risa,

de aquellos que se empapan en la acera.

 

Los árboles lloran gota a gota,

las casas oscurecen sus colores,

el agua que se cuela por las botas,

el perfume que brota de las flores.

 

Los coches que al pasar parecen barcos,

la oscuridad se cuela por las casas,

los niños que se meten en los charcos,

los dedos arrugados como pasas.

 

La infame soledad entre persianas,

la tristeza encallada en el alma,

y acostarse pensando que mañana,

cuando amanezca llegará la calma.